lunes, junio 23, 2008

Mi cita con Freud

Recuerdo el día que enojada con Freud le quité un puro.
Él me devolvió la ira, y me dijo que tenía problemas con la idea de mi padre.
Entonces le respondí que para qué quería el puro si no tenía problemas.

Fue entonces cuando despúes de meditarlo, me respondió que no tenía nada que ver.

¿Entonces por qué el hecho de que te haya quitado tu puro implicaría que tengo problemas con mi padre?

Y entre sollozos, me confesó que había arruinado su teoría.

jueves, junio 19, 2008

mar


Cubierta de finas sedas,
la princesa cayó al mar

y tragando más agua de la prosupuestada...
exclamó un nombre

y pereció con la belleza en sus labios.


jueves, junio 05, 2008

Sensitivo


Me interesa el retorno
sin tener que volver,
el escape furtivo
así de sutil, de complejo, de desgarrador.

Quiero constatar que el viento suena,
golpeando la ventana de mi pieza, ¡
azotandola!

El soplo, aquel aullido aterrador que me da risa,
aquel pedazo de sonido escandaloso que perdura en el tiempo.

El viento presente, acumulando noches
Y la verdad es que me importa un carajo
todo lo demás.

¿verdad que es casi una locura?
.
.
Lo vívido mantiene la forma,
se volca ahogando los gritos,
y el sonido se vuelve nítido cuando no estás hablando...
la música entra en mi mente cuando no estás cerca.

¡es maravilloso!

Resulta que pese a que no me creía a mi misma,
me importabas un carajo...

y en este mismo instante
abro los ojos ante la estupidez del día a día,
a la frugalidad del momento mismo...

pero tiene un sabor distinto,
quizás a nuevo,
quizás a viejo....

a todo eso...

una combinación espectacular
de que todo gira en un vértice enorme,
sólo hay que congelar los paralelos
y detenerse, a ver las hojas caer de los árboles...
a ver gota por gota, el golpe inexorable con el suelo

y por única vez,
dejar de buscar trascendencias
y promesas,
y eternidades rídiculas.

¡Que barbaridad!

Las flores huelen a ajenjo
y a flores.....

hay que saber oler,
hay que saber olvidar,
hay que saber dejar morir...

y que el drama
te importe un carajo


martes, junio 03, 2008

Desvanece el imperativo


Justo cuando estaba convencida de que no me quedaba ningún sentimiento, derramé las lágrimas de años de ojos secos, carentes de cualquier manifestación visible de que me removían el alma. Y no sólo lloré tu pérdida, lloré la mía. El cumulo de recuerdos había vuelto a mi mente que intenta dejarlos atrás, y perderlos en lo más oscuro del inconsciente. ¿Habrá gente que me haga reír tanto o simplemente que me haga moverme de mi apatía crónica?

De tan sólo verte sentada, con tu mirada perdida, emanando todo tu arsenal de sentimientos sanos; volví a creer, no sé si en algo en especial, pero tenía la sensación de estar confiando. De ser capaz de rescatar la irracionalidad que tiene el alma al manifestarse. No cumplí mi cometido, no te dí las fuerzas para seguir, sino que me desarme en tus brazos. Me desarme en la memoria continua, y en el regreso. ¿Cuanto tardaré en partir? - me preguntaste con los ojos. Y yo no supe responderte, probablemente sea pronto. Pero sabes más que nadie que no es algo que pueda evitar.

Y me entendiste, me volviste a decir que yo nunca me iba, pese a que pretendía hacerlo. Que no era capaz de separarme de lo que sentía mio, y que volvería a la primera llamada que hicieras. Que regresaría de donde estuviera, y correría a recuperar todo lo que tenemos. Por esa razón jamás olvidé tu número de télefono, tu dirección, tus cartas, tus sonrisas, tus lágrimas.

No me comprabas mi frialdad, sabías que era sencillo fracturarla. Soy una parodia de mi misma, soy una caricatura del snobismo y la intelectualidad. Pero en realidad, tú y todas ustedes, sabían que la apariencia no es capaz de contener a la escencia.

Y volví, con mis ojos llenos de lágrimas y un 'te quiero' en los labios, que pronuncie para que sólo tú me escucharas.