sábado, diciembre 30, 2006

HUIDA. mezcla perfecta de realidad con gusto

Abrió el cajón de golpe en busca de las pocas monedas que esperaba encontrar, pero ella sabía de antes lo que había en aquel mueble – nada- pensaba mientras se metía los dedos en los bolsillos soñando con que Dios le pondría mágicamente billetes en ellos. Que burda fantasía – le comentaba él – no sigas buscando, tenemos que pedir ayuda a alguien. Salomé le echó una mirada de aprobación con sus ojos que divagaban entre el azul y el verde; asintió con la cabeza mientras jugaba nerviosamente con su pelo rubio. Se levantó lentamente y abrazó a Cristián con los ojos humedecidos. El Sol de las doce no les tenía piedad. Cristián sin cambiar su rostro apesumbrado la soltó lentamente; tenía una mirada triste que trataba de disimular.

Ninguno de los dos tenían celulares para llamar. Él la miró tiernamente, como si fuera su única salvación. Salomé entendió y buscó alguna moneda. Tenían que pedir ayuda.

Una moneda de cien pesos brillaba opulenta en el fondo de la cartera, ella la tomó entre sus pequeños y temblorosos dedos, le dio un beso de despedida y la metió en el teléfono público. Sonaba despacio, había mucho ruido alrededor, eran las cinco de la tarde en el centro de Santiago; a la gente no le importan los problemas ajenos.

Aló? – contestó una mujer al otro lado de la línea

Amiga, necesito plata

¿Para qué? – ella odiaba prestar plata, y odiaba contestar el celular cuando estaba ocupada. Sobretodo si estaba tomando café con sus amigos, y compartiendo un minuto muy agradable. Salomé la había llamado amiga, y eso cambiaba todo.

No puedo decirte. ¿Dónde estás? – su voz se urgía cada vez más. La mujer de la otra línea lanzó un suspiro y dijo a regañadientes: donde siempre

Se cortó la comunicación. Ellos dos sabían que era su única posibilidad acudir a Virginia, ella sabía lo que tenían que hacer y nunca les negaría ayuda. Tomaron sus mochilas, su botella de agua y fueron en busca de una micro que los llevaría al lugar.

Hace tres días que había escapado de su casa. Ella decidió seguirlo. Habían visitado diversos moteles, hoteles y hosterías en el centro para encontrar algún lugar apropiado donde quedarse solos, les gustaba la aventura. La música que acompañaba esta situación tenía un toque de Punk, pero ellos no la escuchaban, sólo se oían entre sí. Encontraron un lugar en medio de la calle Santo Domingo, tenía pocos muebles, olía a sexo y lo administraba una señora bastante anciana. Dos anteojos gruesos le cubrían el rostro, sus arrugas no le permitían ver con claridad, escupía una saliva verde y viscosa que caía levemente por su cara totalmente demacrada.

¿En que les ayudo? – dijo forzando la voz

Queremos pasar dos noches aquí.

No tienes dinero, hijo

La vieja lo sabía muy bien, es por eso que decidieron buscar plata donde Virginia, que estaba tomando café en algún lugar de la ciudad. Ya habían conseguido una micro que los llevara por doscientos pesos, no habían comido en todo el día y tampoco podían hacerlo; escaseaban de monedas. Llegaron finalmente a destino, transpirados, con heridas en los pies y ojos totalmente desorbitados. Ella corrió donde Virginia, que la miró entre risas y disgusto. No obstante él se alejó afligido, no quería que vieran su rostro, por lo que simplemente esperó en la puerta, deseando un poco de su ayuda. Salomé confiaba en Virginia, la conocía. Fingió estar despreocupada realmente y le rebeló todo su problema entre risas y congoja. Virginia desaprobó la idea totalmente, pero aun así sabía que Salomé tenía mejores razones, las que ella no podía entender. Es por eso que le tendió un billete sin pensarlo demasiado.

- ¿No tienes más? – preguntó desconsolada. Los amigos de Virginia comenzaban a molestarse por dicha interrupción.

Virginia terminó de sorber el café, mordisqueaba el vaso desesperada, no quería responder dicha pregunta porque sabía las consecuencias.

Sí, pero en mi casa.

¿Queda muy lejos?

No – Virginia se había levantado de la mesa para no perturbar la conversación de sus compañeros.

Ella pequeña y débil, con una tos famélica, le rogó que le prestara más jurando que se la devolviera lo antes posible. Virginia que no tenía intención alguna de separarse de su agradable compañía tuvo que ceder casi por un tema moral. Caminaron rápidamente unas cinco cuadras hasta llegar al departamento. El aire era tenso, Virginia estaba molesta y este par totalmente agobiados. Le entregó más plata y les sirvió un vaso de bebida; se negó a dar abrazos y los despidió a su suerte. En ese momento Salomé y Cristián estaban solos, sin nadie que los ayudara, con algo de plata y callos en los pies. Habían logrado ocultar perfectamente su examen de VIH, que los había condenado a escapar. Virginia lo sabia, siempre lo intuyo, pero prefirió considerarlo una mentira. Salomé nunca se lo dijo y Cristián lo calló.

Volvieron a duras penas a su hostería, sus pies sangraban y sus ojos no dejaban de llorar por la desesperación. Sucios, mal vestidos, hambrientos. Sabían que morirían. Llevaban meses sabiendo. Habían decidido huir para hacerlo a solas, ya que ambos dos eran causa del otro; consecuencia de muerte. Entraron a la habitación de paredes rasgadas, fecas en el suelo y manchas de gonorrea en los cojines. No podían alegar, era su destino. Se tendieron uno al lado del otro en la cama, se tomaron de las manos y comenzaron a contar en forma regresiva. Ambos lloraban, nadie los acompañaría, ni siquiera ellos estaban juntos, simplemente tenían que morir. Romeo y Julieta se habrían encontrado en ellos dos, ambas parejas tenían ese color a drama y ese destino tan desgraciado.

Oscureció temprano ese día, se nublo el cielo mucho antes de lo que esperaban, pero ese eclipse sólo lo vieron ellos; los demás gozaban del calor de un día de Diciembre. Las toses ensangrentadas llenaron la vieja pieza, el color verdoso de la cara hacía que sus rostros se buscaran más y eso hacían, aunque con miedo, como esperando que todo terminará ya. La enfermedad llegaba a la recta final, no quería seguir manteniendo la existencia de aquellos dos, quería apartarlos del camino. Las luces se apagaron, y la puerta se abrió. Entró Virginia con un caminar lento, miró de reojo la habitación y se sonrío. Cristián y Salomé no entendían nada, ninguno se alegró por la llegada; temían ser descubiertos.

¿Te sirvió la plata que te preste? – dijo Virginia sin mirarlos

No la hemos gastado aún, amiga – dijo entre toses.

Virginia emanó una sonrisa. Cristián y Salomé yacían abrazados en el sofá, transpiraban de nervio y de miedo; sus ojos de plato miraban buscando algo, alguna salida, alguna oportunidad. Virginia se sentó frente a ellos y les susurró – me arrepentí de prestarla-. Acto seguido, una bala atravesó los dos cráneos y plasmó más sangre en las paredes, con la diferencia, de que ésta estaba fresca. El hedor salió de los cuerpos inmediatamente, como si ya hubieran muerto hace tiempo; no se podía respirar allí. Virginia tanteó los bolsillos y encontró su dinero. Salió de la habitación con él, se subió a la micro, y se fue de compras navideñas.

No es bueno prestar plata – se dijo para sí.

jueves, diciembre 28, 2006

Es tiempo de invernar


No me gusta el Sol, quiero oscurecer.
Estuve rodeada de gente todo el año, quiero escapar.
No tuve tiempo pra leer, quiero aprender.
Nunca calzé, quiero conversarme.
Vivi en el mundo que me rodeaba, quiero volver a mi habitat.
Estuve poco tiempo con la familia, necesito estarlo.
Quiero dejar de fumar y ahorrar plata.
Me abstraje mucho, quiero conectarme.

Vacaciones, es tiempo de invernar

sábado, diciembre 23, 2006

Amistad


La amistad es uno de los tesoros más valiosos que logra encontrar en alma durante el transcurso de su vagar por este mundo, pese a que aquella relación puede muchas veces ser abandonada e incluso olvidada en un rincón polvoriento; como si todo fuese tan sencillo. Encontrar a un amigo es complementar el alma, es ponerle aquella frutita al pan de pascua e incluso puede llegar a ser el queso de la empanada; su único problema es ser de bajo perfil. Con el amigo nos reímos, lloramos (uf que cliché), corremos, saltamos, mendigamos un poco de valor y lo llamamos para salir a beber; pero lo más importante es el profundo cariño que vamos creando junto a esa persona totalmente externa, a tal punto que es parte de tu familia personal, la elegida por ti. Te llenas de momentos, conversaciones y recuerdos en tu cabeza, situaciones que compartes a fondo con una sola persona y es por eso que el verdadero amigo puede ser abandonado pero nunca olvidado. Dicen que el recuerdo y la nostalgia del amigo que nos abandona es capaz de asesinarnos por dentro, porque no podemos aceptar el hecho de buscar a alguien que remplace a ese otro. Nunca lograremos hacerlo,porque lógicamente nadie remplaza a alguien. Ese vacío del abandono se suple con el encuentro con un ser que lo supere o con el regreso del mismo, ¿en que topamos? Somos impacientes en esos ámbitos, no estamos dispuestos a esperarlo a él, de tenerle paciencia o incluso de quererlo por haber tomado la desición de abandonarte. Lo llamamos cretino y queremos vengarnos, destruirle la vida que tiene sin nosotros, pero no es tan fácil; el cariño que le tenemos no nos deja espacio para la crueldad. Al final terminamos rindiendonos y mirando todo con profunda alegría, no porque lo estemos, sino porque aquel amigo puede estar feliz sin ti que admirable es lograr sonreír con ese pretexto


Es por eso que he llegado a la conclusión de que la AMISTAD es una variación del amor mismo, no por un tema sexual, sino por el tipo de relación intelectual y espiritual con aquella otra persona. El compartir absolutamente y el de esforzarse por obtener rasgos de la felicidad completa del amigo. Que fuerte es entonces, después de muchos años de contacto, el tener que alejarse casi enteramente; ni siquiera poder mantener una relación telepática (al menos sería un consuelo), porque el lazo de unión fue roto por uno de los participantes. Y esto último es lo peor que puede suceder en cualquier relación. El que uno de los jugadores destruya el lazo. El otro queda absolutamente varado en una isla, sin defensa, sin excusas, sin decir su palabra; simplemente es abandonado en el medio del mar dejándolo sin ningún refuerzo para sobrevivir. Podemos morir en el intento de salir de ahí, de hecho, la muerte es casi obvia a menos de que llegue otro a salvarte de aquella terrible situación.

En el momento en que volvemos a creer en que la Amistad no es un invento de nuestras cabezas, sino que somos capaces de lograr un encuentro absoluto. Sentirnos totalmente comprendidos y acompañados en un camino que algunos llamamos vida; sosteniendonos muchas veces y otras simplemente dirigiendo a nuevos lugares. No hay nadie que no aprenda de un amigo y tampoco nadie que no logre enseñar nada de su cosecha; y así finalmente se vuelven uno con mezclas de otro.....estamos conformados por amigos nuestros, es por eso que el dicho ''dime con quien andas y te diré quien eres'' se aplica en absolutamente todo el ser que nos rodea. Y aunque ya no los tengamos, siempre quedó algo de alguna vieja relación, y por suerte, sería terrible saber que pasamos por la vida de otro sin siquiera dejar un rasguño. Los que me conocen, saben que no quiero dejar rasguños sino heridas a sangre abierta; no lo digo de soberbia, sino que necesito escribir frases pseudo sanguinarias.


viernes, diciembre 15, 2006

El sueño

Me quedaría dormida si así lo quisieras,
aprovechando de envolverme
con tus propios sueños;
pedazos de imaginaciones
repletas de llantos.

Cerraría los ojos si me lo pidieras
y te rozaría con una suave manta
sólo para mirarte dormido.
Observar tu ausencia temporal
y deleitarme con tus viajes oníricos.

Ya abrazaré fuerte
para asegurarme de que sigues allí,
que tus anhelos no te han alejado de mi
y que tu blanca sonrisa
permanece en tu rostro.

Me atrevería a tenderme a tu lado
y sentir las estrellas,
con tu mismo tacto, como si fuera único.
Correría para alcanzar tus pasos
atesorando aquellas viejas pisadas
-muestra de tu soledad, quizás-

Te daría una flor marchita
si olvidara regarla,
pero no lo hago,
no controlo este sueño

miércoles, diciembre 13, 2006

Fragmento de una radiografía



Un tipo delgado atravesaba la calle oscura alumbrada por pequeños faroles que irradiaban luces amarillentas y cubiertas de neblina; él caminaba con pequeños saltitos. Iba fumando un cigarro de una forma un tanto soberbia, pero era curioso aquel acto, porque él no emanaba nada de eso. Al contrario, era un joven de sonrisa tímida, de ojos amables y cariñosos, que armonizaban su rostro haciéndolo apacible. Era una ardilla hiperquinética que subía a los árboles en busca de bellotas específicas; era tan exigente para sus cosas.

Me encontró desprevenida al borde de una estación de trenes, yo miraba al vacío como si lo hubiera estado esperando hace años, lo cual no se alejaba tanto de la realidad. Me susurró algo al oído, frases inconexas y demasiado volátiles, cosa que en primera instancia me descolocó; no porque no las entendiera sino que ya me había acostumbrado a olvidarlas. Así empezó todo, con un intercambio pueril de palabras que fueron muriendo para renacer en alentadoras frases sacadas de alguna maravillosa historia. Me fue envolviendo en su mundo, en una fantasía añorada donde la realidad palpable era casi un obstáculo para respirar en este país de nunca jamás. Yo creo que eso fue lo que me atrajo. Su manera de llevarme donde yo quería ir, su forma de tomar el cigarro y aspirarlo sin asco, pero por sobretodo, el camino que había tomado al deambular por esa calle oscura. Sentí un impulso incontrolable por correr tras él, por caminar junto a él y alumbrar el camino con mis faroles blancos, pero yo no podía hacer eso. Él caminaba mostrándome distintos fragmentos de su sentir, los que eran imposibles de armar en una sola pieza. Era un hombre irrearmable simplemente porque carecía de molde, había sido armado en otro lugar muy distinto a éste. ¡Que atractivo se ponía entonces! El sólo pensar que estaba junto a ti, pero que su mente bailaba en lugares lejanos, me hacía admirarlo y quererlo cada día más.

Era un fantasma solitario que irradiaba colores y empapaba los tonos grices con luces de su propia creación. Era casi un poeta escuálido y cansado de tener que hablar demasiado. Un vagabundo hundido en sus propias fantasías que transmitían el sentido de la belleza con palabras jeroglíficas que pocos entendían. Ese fue otro de msi grandes placeres, comprender fragmentos de él, haber sido parte de narraciones privadas y haber desentrañado rasgos ocultos que resultaron un deleite en el dialogo.

Estuvimos atrapados mucho tiempo en aquella estación repleta de gente, donde cada día me ahogaba más y sospecho que él también. Rodeados de tanto discurso innecesario, ruidos ensordecedores y colores hipócritas. Yo quería salir de allí, llevármelo a otro lugar con luces amarillas y neblina, donde pudiéramos mostrarnos abiertamente el mundo paralelo de donde veníamos. Él siempre fue más sincero, yo me callaba muchas cosas; no porque temiera decírselas, sino que el lugar me era adverso. No soporto las grandes masas, me trastornan.

Al final el tren llegó, y tuvimos que partir; nos ahorramos las despedidas, quizás por cobardes. En todo caso, me arrepiento de no haberle dicho lo importante que era para mí, de no haberle dado las gracias por sacarme de ese mundo y claramente de no haberle dicho lo mucho que lo quería y todo lo que lo necesitaba. Sé que lo volveré a ver. Él siempre aparece.

martes, diciembre 12, 2006

10 cosas que odio de ti



- Odio cuando me sonries

- Odio cuando te ries de algunas viejas tallas

- Odio saberme tu número de memoria

- Odio acordarme tanto de ti

- Odio tu manera de amar

- Odio esperarte

- Odio tener que odiarte

- Odio tenerte lejos

- Odio intentar acercarte

- Odio saber que ya no te quiero.


sábado, diciembre 09, 2006

La casa

Creo que la vida diaria sería mucho menos mónotona, si las piezas de la casa cambiaran de lugar constantemente. La pieza de la hermana estaría en el baño, y éste en la cocina, la que ahora estaría en la terraza; y así infinitamente. Sería mucho más agradable llegar a la casa todos los días, y tener que adivinar dónde va a estar tu pieza hoy, e imaginense cuando llegan muy tarde, tener que buscar a tientas el nuevo lugar del baño, o cualquier otro aposento.
Lamentablemente cada cosa tiene su fin, y llegaria el punto en que todos los lugares ya empezarían a repetir sus ordenes aleatorios originales; teniendo que aburrirnos nuevamente por el lugar obvio de encuentro.

En todo caso, ya hubieramos tenido muchos meses de diversión.

jueves, diciembre 07, 2006

Noche de Insomnio

El texto se asemeja a una vena que se asoma debajo de la piel. Tras la epidermis cruza una linea verdosa, tímida y rebelde; la que rompe las vanas esperanzas. Hay una vena 'visible' en la piel. No hay nada que puedas hacer.

Hay líneas que son pequeños pelos que tapizan tus piernas. Salen aberturas de carne con tonos oscuros y punzantes. Es el fin de tu vida ficticia, nada es para siempre.

Así también ocurre con los años, que tu concepto de éstetica va a dejar de nutrirse de estamentos televisivos (es eso o sumarse a la depresión eterna y estúpida)

Hoy no puedo dormir, quizás no lo merezco. Podría ser que mi futuro sea anclarme en la realidad para ver si es posible creer en ella, ya que nunca lo he hecho; me gustaría hacerlo. Suelo aburrirme de la inconexión constante.

Esperaba ver a la Nacha en mi graduación, pero ella nunca llega a ese tipo de cosas.

Han pasado 15 minutos desde que empezé a escribir estas frases sin sentido. Ya no vale la pena dormir. La tele es aburrida

viernes, diciembre 01, 2006

Se ha muerto una princesa



Hoy me acuerdo de los versos olvidados,

Que emplumados volaron lejos

Hasta alcanzar el hielo, su destino.

Volvieron congelados,

Acariciados por un plumaje patético,

Un poco esquelético y desmembrado,

Simplemente su cadáver.

Era Alicia blanca tras el espejo,

Una pantomima de princesa

Que fue descolorándose sin notarlo,

Fue perdiendo brillo, fue perdiendo sangre.

Fue perdiendo vida, fue perdiendo muerte.

Colgando con cuerda al cuello,

Buscando aferrarse a una mirada

Que se van perdiendo,

Que se van cerrando

Que se van negando

Que se van hiriendo.

Dos ojos fugitivos

Que se pierden entre caricias,

Que se muerden sin quererlo

Y que finalmente, terminan por ahogarse.

Flotan en un mar de lágrimas

Caidas por observas a su estrella

Quien estuvo atrapada en aquel espejo,

Que se convirtió en su propio tablero.

Ay, humanidad carcelera,

¿Por qué dejas atraparnos como ciervos?

¿No deberías simplemente quitarnos el alma?

¿O es todo esto miedo por no poseer esa mirada?

Esos versos fugitivos,

Que se encerraron a causa del miedo,

Fueron desapareciendo, muertos tal vez;

Solamente por haber esquivado tu mirada.

Me gusta esta canción

Simón Bolivar - Inti Illimani

Simón Bolívar, Simón,
caraqueńo americano,
el suelo venezolano
le dio la fuerza a tu voz.
Simón Bolívar, Simón,
nació de tu Venezuela
y por todo el tiempo vuela
como candela tu voz.
Como candela que va
seńalando un rumbo cierto
en este suelo cubierto
de muertos con dignidad

Simón bolívar, Simón,
revivido en las memorias
que abrió otro tiempo la historia,
te espera el tiempo Simón.
Simón Bolívar, razón,
razón del pueblo profunda,
antes que todo se hunda
vamos de nuevo Simón.
Simón Bolívar, Simón,
en el sur la voz amiga,
es la voz de José Artigas
que también tenía razón

jueves, noviembre 30, 2006

Manía 1

Hay un pequeño efecto secundario que surge de bajar a la piscina comunitaria del edificio a tomar sol, se llama : misantropía. Es la fobia a la gente, pero en la mayoría de los casos que conozco , no es a una humanidad en general, si no a un tipo de ser humano muy simpático llamado: estúpido. Gritan, no miento, chillan. Hablan fuerte sobre su vida, haciendote parte de todos sus detalles en su vida personal, que la mayoría de las veces no puede ser más fome. Esta gente tambien bajan a la piscina (están en todo su derecho), pero tienen la asombrosa capacidad de elegir justo la reposadera que está PEGADA a la tuya. Siendo que todas las demás están vacias. Y no sólo eso, te gritan en el oido un montón de palabrería monótona y aburrida; pero en el momento que decides huir y tirarte a la piscina, acto seguido, también se tiran contigo. Son una especie de larvas independientes entre sí, que perturban tu tranquilidad. ¿les comentaba que era maníatica, no?

lunes, noviembre 27, 2006

No Puedo Dormir


La puerta grisácea se abría sacando a la luz el paisaje que existía dentro de la habitación; ese lugar salvaje y caricaturesco, repleto de pequeñas estatuas religiosas, que miraban acechantes con sus ojos de vidrios. Eran dos pequeños agujeros, que habían sido llenados con ese cristal que les daba una vida tétrica a las figuritas, que los envolvía en un aura misteriosa y los convertía en los culpables de cualquier asesinato. El niño las miraba toda la noche, como si realmente esperara que bajaran de sobre la chimenea, y se dispusieran a clavarle cuchillo tras cuchillo, mientras reían nerviosos. No despegaba sus dos ojitos de ellas, le parecía insólito conciliar el sueño mientras los ojos vidriosos se mantuvieran ahí, esperando. Cuando los párpados le comenzaban a caer, ya aburridos de tanta niñería, se cubría con la sabana hasta la cabeza y dormía.

No hay nadie ahí, deja de mirar con esos ojos – insistió

Cualquier palabra le parecía absurda, él sabía lo que iba a suceder; eran tan obvios, tan lógicos, que no comprendía porque tanta burla. Esas figuras iban a descender de sus lugares, cargados de armas punzantes e iban a destrozar su cuerpo, lamiendo la sangre y riendo. Él podía imaginar esas risas, violentas y crueles; absurdas y asesinas. Veía a las figuras ultrajando a su madre, mientras que las del otro lado de la chimenea abrían el cuerpo de su padre en busca de los órganos vitales, únicamente para abastecerse de comida. Eran unas figuras bastante hambrientas. A él lo único que le harían sería destrozarlo con armas punzantes, junto con esas risas circulando por toda la habitación, que iban llenando cada espacio de la casa como si quisieran asfixiarlos de tanto ruido.

¡¡¡No hay nadie ahí, deja de mirar con esos ojos!!! - gritaba

Era demasiado, en su cabeza todas las imágenes lo dejaban boquiabierto, nervioso y casi esquizofrénico. Escupía con frecuencia y chillaba. No podía sacarse las fotografías de su madre violada, ni de su padre descuartizado, ni mucho menos su propio rostro demacrado por las cuchilladas. Era insoportable. Tomó a su madre de los brazos empujándola hacia la pared, y mientras la callaba con los puños su falo circulaba violentamente por las piernas, hasta adentrarse bruscamente. La imagen de su mente se fue acallando, había sido remplazado por los gritos ahogados de la madre, que sin esperar mucho rato, cayó en una inconciencia fatal. Su padre en tanto, subiendo las escaleras rápidamente, al escuchar tanto golpeteo y ruido, se encontró con su hijo mayor con una vieja espada africana en la mano.

¿Qué es todo esto? Te dije que no había nadie ahí, deja de mirarme con esos ojos.

Era muy tarde, la espada aun con filo había atravesado el cuerpo senil del padre, dejando al descubierto la interioridad física de este. Revolvía la espada dentro del estómago como si fuera una sopa casera, y así, logró encontrar el corazón, un pulmón y claro, su favorito, el hígado. Se los metió de una a la boca, teniendo cuidado con no atragantarse; masticándolos lentamente y sonriendo. Sí, sonreía, ya no tenía esa imagen en la cabeza. Sacó la espada del cuerpo blanco del padre, y empezó a enterrársela una y otra , otra vez. Lo hizo hasta que olvido respirar. No quedaba ya ninguna imagen, podía dormir en paz.

domingo, noviembre 26, 2006

Los Negros




Me invitó la Nacha a ver 'Los Negros' del francés Jean Genet.

Se nos presenta un juicio, donde se quiere encontrar al culpable del asesinato de una mujer blanca, y debe ser ajusticiado por la corte de los blancos. Es la lucha de los negros contra los blancos. La obra gira en torno a este veredicto que en definitiva, nunca llega. A su vez, la obra enfatiza la visión de los negros ante la colonización de los franceses, en este caso. Los personajes van variando, encontrando principalmente personajes homosexuales; uno de los personajes tipo en las obras de Genet. Es por eso, que se utilizó a hombres actuando de mujeres, y viceversa; dandole así el sello que caracterizó a Jean durante todas sus obras. La historia es increible, bien llevada, con una gran fuerza de actuación, tanto así, que se siente el salvajismo de estos negros de una forma avasalladora y chocante. Luego de leer sobre Genet, y saber que fue hijo de prostituta, ladrón a los 10 años, y luego se prostituyó él; se pueden deducir muchos factores de la obra, que en primera instancia parecieran simple chabacaneria. El creador de 'Los negros' es un hombre duro, un hombre que conoce las calles, la miseria, el miedo...y es lo que va a transmitir en su obra. ...la calle, la chabacaneria, al ser humano instintivo y casi animal. Se lográ totalmente.
Es una obra que gusta a pocas. Y pese a que al principio detesté la forma en que fue llevada, ahora la entiendo

Sin duda mi personaje favorito, Village, encarnado por la actriz Mónica Acevedo. Es el aparente asesino, el personaje que más odia, y que a la vez, está enamorado de una prostituta. Es el más humano, es el que logra plasmar sus sentimientos con una fuerza atronadora. Es la sonrisa irónica en el rostro, mientras que deambula en el escenario riendose de nosotros, de los blancos. Village, el eterno perdido, el eterno idealista. El negro más blanco de todos, el menos salvaje, el humano. Y no lo digo por un tema racial, sino por el enfoque que quería dar la obra. El tema que nos quería proponer. Al final, es el que triunfa, es el que logra hacer descender a los dioses franceses de su olimpo y enviarlos a los infiernos. Es un liberador, casi un héroe aplastado por burlas. Sin duda, el que más me cautivó.

martes, noviembre 21, 2006

Estrella


Atrapada. Aplastada. Confundida. La mano que se alza para tratar de tocar su estrella, pero no puede, se encuentra demasiado lejana. No importa cuanto estires tu brazo, ni cuanto vuelves para tratar de dar con ella; simplemente se queda lejos. Fría, indiferente, con sus brazos cruzados, perdida, mirando a otros, hacia otro lugar lejano. Esa era la estrella, que probablemente, no era mia, sino que era el astro de otros. Otras personas muy lejanas a mí, personas que no se relacionaban en nada conmigo, y que nisiquera se parecían a mí. Personas que tenían su atención, que podrían manosearla sin ningún pudor, que podían atraerla hacia ellos, logrando así la comunión perfecta.

Me había tentado con palabras pomposas, con juegos absurdos, y con ese parecido magistral a mi estrella primera; ya muerta con el paso del tiempo. Pero al final, no era nada. No era lo que yo buscaba en una estrella, se había logrado convertir en algo nuevo, en algo mejor; pero aun así, era demasiado lejana. Y yo no podía alcanzarla. Nunca podré. No es mi estrella, es la de otros.

Es por eso, que decidí olvidarla, decidí apartarla de mi; para que no lograra jamás ocasionar algún tipo de daño. Porque, probablemente, tenía la potencialidad de hacerlo, contituia todas las caracteristicas para eso. Fría, indiferente, con brazos cruzados, perdida. Miraba a otros. Miraba hacia otro lado.

Uno se aburre de viajar sin rumbo, de querer algo que no es para uno, de volcarse en torno a un ideal y que éste sea mero producto de la imaginación de algunos. Esa estrella, cruel, no era para mí....y ella no lo sabe. Quizás nunca lo sabrá

miércoles, noviembre 08, 2006

12 de Marzo 1879



Querida Salomé:

Te escribo temprano, me desperté en la madrugada y salí a caminar por la Rue Sant Sulpice; ubiqué un café bastante simpatico. Ayer me tomé el tren en forma equivocada, y perdí unos cuantos francos a la salida de un tienda de cervezas hungaras. No las bebas, no son muy agradables. Antes de irme, pensé en despedirme de tí, prometo que lo hice; pero no podía....no preguntes porqué, pero llevo meses intentando. Anoche me encontré con aquel fantasma nuevamente, y sabes que, se rompió el recuerdo. No era el que era antes; ahora me aburria, creo que le faltaba la chispa de antaño. Y es por eso que te escribo, para contarte que soy libre, que me han desamarrado las ataduras repletas de espinas; y ahora.....creo que ahora puedo ser sincera nuevamente. Ahora liberé mi cabeza de armas punzantes, y porfin siento que cerré ese circulo. El otro dia, mientras paseaba por St Germain, pensé que ayudaste a cerrarlo. Pero eso no es cierto. Creo que abriste otro. Donde se cierra una puerta, se abre otra. Y así va pasando la vida...una vida ciclica. Pero sigo creyendo fielmente que cada esfera es más apasionante que la anterior. Por eso nunca me despedí. Por eso estoy sentada acá esperando que aparezcas. Los días pasan y yo me quedo, aunque sepan tu nombre no te conocen. Que nadie desamarre lo que une. Salomé, ¿recuerdas tus sueños? Quizás nunca me los contaste, o nunca quisiste que yo los sepa. No importa, en realidad no son absurdos. No quiero que lo sean, y tampoco pienses que lo creo. Te acuerdas ese día en que te dije que tus ojos eran una frontera inquebrantable? Ahora puedo decirte porque....quizás no lo sean en realidad....pero siempre los vi así. Creo qu te tengo un poco de miedo, por no decir miedo a secas; a veces, creo que puedes llegar a ser taaaaaaan indispensable, que no quiero pensar que puede suceder. ¿Por qué? Porque soy obsesiva compulsiva. Simplemente por eso, porque creo que yo jamás seré para tí, lo que tu podrías ser para mí...(acabo de dar vuelta el café sobre la mesa). Ya es muy tarde; espero que cuando llegues a Burdeos hayas leido todo esto.

Te quiere

Virginia

"Lógica"

Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana.
Dicen que cuando te cierran las puertas, Dios te escupe en la cara.
Si abres la ventana, Dios te escupe en la cara.
Entonces Él no te la abre para tu bien, si no que para humillarte.
Si te humillan es porque no tienes amor propio.
Si tienes mucho amor propio eres un soberbio.
Nadie humilla a los soberbios, entonces, es mejor serlo.
Si eres libertina te estigmatizan
Algunos santos tienen estigmas
Algunos libertinos son santos, entonces, seamos libertinos y tratemos de unirnos a ese montón.
Si te tocan mucho, es porque alguien te quiere para sí
La gente quiere plata para sí
Si te tocan eres la metáfora rídicula de un billete gastado.
Del amor al odio hay un sólo paso
de mi pieza al baño hay un sólo paso
en mi pieza te amo y en mi baño te odio
nadie deberia escribir estas cosas
yo lo escribo
yo soy nadie
nadie es alguien
el concepto de nadie es absurdo

buenas noches

martes, noviembre 07, 2006

Jazz, si, jazz


Había caminado inagotablemente por un frio callejón, me había mojado los zapatos con las pozas de agua, y tambien había tratado de cobijar mi cabeza bajo el diario de ayer. Era de noche, y hacía mucho frio, yo tiritiraba de pies a cabeza, acelerando el paso para tratar de llegar a algún lugar agradable. El callejón terminaba en una puerta roja que brillaba, su metal estaba pálido, pero de adentro se escuchaba un alboroto silencioso; por un momento sentí que allí se encontraban las vibraciones que se ondulaban al paso de los compases. Toqué la puerta imitando una partitura de cuatro tiempos. Me abrió una melancólica mezcla de Charlie Parker con Carlos Gardel.

- No te esperamos todavía, no te queremos ahora; quizás ayer o en un tiempo

Da lo mismo, entré.

Las paredes perdían sus colores, se desteñian lentamente con un poderoso cloro que nunca existió. Habían meses cuadradas por todo el lugar, pero yo no tenía silla. En el escenario tocaba una banda de jazz veneciano; y mientras interpretaban 'el cholulo', me tomé un vaso de aguardiente. El ruido comenzó a chirriar, me llegaban ondas acechantes en la cabeza junto con aplausos mediocres de un sinfin de historias banales. Otro vaso de aguardiente. Se me acercó un hada para ofrecerme un verde brebaje, y claro, lo acepté. Fue en ese entonces cuando el jazz ya no tenía sentido para mí, lo único que podía sacarme de la inercia era ese cometa azul que bailaba por sobre mi cabeza. A mi no me gustan los cometas, les tengo miedo; pero ese era diferente. El me queria. Nunca me lo dijo, pero yo siempre lo supe. Me queria tanto como la mezcla de Gardel con Parker. Me quería tanto como esa mesa sin sillas, y me quería tanto como yo a él.


Un día me confesó que amaba a otra, y qeu yo ya no era importante para él. Creo que fue en el momento que me convertí en la partitura de ''All of me'' de Charlie Parker. A él nunca le gustó mi obsesión por ser una partitura, quizás por eso me dejó. Y el aguardiente tampoco le gustaba. A mi sí, por eso me metí a ese bar añejo. Por eso caminaba por los callejones fríos y solitarios; por eso le obedecí al hada. Y dejenme confesarles que por eso me enamoré de él.


- No te queremos ahora - repitieron
- Yo tampoco lo hago
- Entonces?
- Podríamos tocar Summertime

Y asi lo hicieron. El bar añejo cubierto de artistas con olor a tabaco, se llenó de admiradores del jazz. Y sucesivamente, fueron tocando viejas canciones, como si quisieran recordarme que el cometa seguía vivo. Yo nunca les creí, y en ese momento, abandoné el lugar por el mismo callejón por donde llegué. Algunos siguen murmurando. Yo simplemente los ignoro, y aun sigo siendo la vieja partitura.


sábado, noviembre 04, 2006

Fui a ver la obra


Estaba sentada en un pésimo lugar, un pelo enmarañado me impedia disfrutar de la obra que se montaba delante mio (luego me cambié). Además estaba sola, y no hay nada más incómodo que estar sola al mismo tiempo que esperas. Pero da lo mismo, creo que me estoy acostumbrando a eso. En todo caso, lo importante fue lo que vi allí arriba. La cuarta obra que veo, quizás sea un número significativo. Había una sensación curiosa, una mezcla de Lorca y de Marques; aunque a mi parecer tenía más a Gabriel que a Federico. Una unión interesante de ambos García. Olía a pueblo olvidado, temeroso y con una represión incauta e impuesta. Allí estaba Bernarda Alba, o la Nacha, o probablemente estaban las dos. Con ese tinte oscuro, que me provoca un tanto de temor; pero que a la vez me regocijaba con tremenda interpretación. (A veces pienso que con ella perdí toda objetividad en mi opinión, pero realmente siento que lo volvió a ser espectacular). Unos entrecortes desconcertantes; entre interesantes y chabacanos. La gente emezaba a pararse, mientras me distraia. Maldito teatro del VMA. A fin de cuentas la obra me produjo una especie de flash back interno, me acordé de muchas cosas, y volví a pensar en otras tantas. Los temas de Lorca que nunca estan pasados de moda, mezclados con la magia de Marques, que tiende a enriquecer visualmente a esta espectadora. No quiero hablar de la obra, da lo mismo, sólo queria escribir lo que pasó hoy. Gracias Nacha, te pasaste nuevamente.

viernes, noviembre 03, 2006

Vino añejo



No importa si Fernanda quería seguir hablando de eso, claramente a mi no me interesaba lo que iba saliendo de sus labios; como si aquellos pudieran representar alguna faceta nueva dentro de la banalidad de su rostro. No me interesaba tampoco saber que su copa de vino se estaba acabando, ella quería que yo le pidiera otra, pero no lo iba a hacer. Da lo mismo si yo le pedí la primera copa de vino, y claramente, tampoco es relevante que éste haya sido tinto. Yo no quería hablar de eso en el minuto, pero ella insistía. Me acordaba que alguna vez estuve en París, y que caminando por Montmartre, iba pensando como sería ir a tomarse diariamente una copa de vino allí; yo quería hacerlo, quería una copa de tinto alrededor de una mesa empapada de novedad.

Aquella plaza central llena de pintores con curiosas habilidades, algunos turistas despiadados, y repleto de tiendecillas de souvenires estúpidos diseñados para la gente con características similares. Caminar por allí, con un cigarrillo en mano, era bastante placentero; sobretodo porque a nadie le importaba quien eras y la razón de tu embriaguez. Al contrario, era más interesante saber las consecuencias, y escuchar discursos incoherentes, pero con un sentido mucho más hermoso. Así que me decidí a entrar a uno de esos bares de la ciudad, y en el momento que lo hice, ella seguía parloteando. Me hablaba de su fin de semana, mientras yo sonreía falsamente pareciendo entretenido; obviamente no lo estaba, ni me interesaba estarlo. A pesar de su habladuría, yo estaba instalada en Francia tomándome unas copas de vino, y tratando de explicar la razón a mi escepticismo, mientras un par de viejos sabios me miraban como interrogándome interiormente.

Empecé a entablar conversación con mis pares, y entre copa y copa, me fui navegando por un mundo paralelo; aquel país de nunca jamás que siempre anhelamos. El lugar ideal para irse a descansar, a pasear lejos de cualquier presión, de cualquier conversación banal, de cualquier habladuría que no me interesa, como la que estaba teniendo en frente mío. Nunca he querido crecer, por eso me obsesioné con Peter Pan y el vino tinto. Así que me despedí cordialmente de Fernanda, mi interlocutora, interrumpiéndola en su discurso que nunca escuché; y me fui con mi copa de vino a recorrer el Barrio Latino.

miércoles, noviembre 01, 2006

Lady Blue

Un video y canción que me gustan mucho. Del genio, del poeta, del loco , de Enrique Bunbury..

martes, octubre 31, 2006

Cigarrillo



Me senté en mi ventana, mientras la abría con cierta lentitud; tomé el encendedor del bolsillo y me dispuso a prender un cigarro. Lo tomé entre mis dedos, y aspire suavemente el tabaco. ¡Que asquerosidad! - pensaba - mientras iba analizando el pegamento, el papel y ciertos quimicos extraños que hacía entrar en mi cuerpo voluntariamente. Acto seguido, la sequedad en la boca, el olor pegado en la ropa y en las manos. El humo entrando por el cuerpo e impregnando la pieza; la maldita tos pegada, la flema verde y esparcida. El pulmón demacrado y vomitando pus; los dientes semi caidos, semi enegrecidos. La cara demacrada, la falta de aire, la plata gastada, el cansancio al caminar.
Tengo que dejar de fumar! Apague el cigarro! Me fui a dormir. Y sí, llevo un par de días sin fumar.

lunes, octubre 30, 2006

Maté a un Mosquito

Encontré un mosquito muerto en mi dedo índice; lo había matado por accidente dentro de una micro. Un tanto despistada arrollé su cuerpo contra el mio y le quite la vida - o quizás estaba así desde antes - sus alas estaban destrozadas y ensuciaban mi mano, que junto al cuerpo verde esparcido, hacían de mi un cementerio ambulante. Comenzé a jugar con el insecto, lo cambiaba de mano, lo destrozaba de a poquitito e inclusó llegué a mirarlo con cierta lástima.
Sentada es la micro me convertí en una asesina, y aquel mosquito se encontró con su inmolación en el dedo de una despeinada joven. Paradojicamente falleció junto al denario que siempre llevo (Dios sabrá porqué), como si todo esto fuese un punto de intersección entre la vida y la muerte. A fin de cuentas, da lo mismo, no me interesa ni a mí ni al mosquito, el posible paradero de su alma inexistente. Entré estos pensamientos rídiculos, la micro comenzó a llenarse de gente, que iba chocando con mi hombro sin cuidado alguno. Un viaje en micro que comenzaba a implicar gente achoclonada, olores nauseabundos y, por supuesto, bastante incomodidad - sobre todo para mí, que iba de pie-. Sin embargo este recorrido en la 652 era único, porque yo había aniquilado sin remordimiento a un mosquito, o quizás, el insecto simpaticón me habría asesinado a mí

domingo, octubre 29, 2006

París


París tiene un aura especial, una vida propia única y envidiable; la ciudad que tiene su historia en las venas, que te expresa al oído todo lo que ha pasado por sus tierras. Cada edificio monumentalmente asentado, con una mezcla de elegancia y soberbia; se van mostrando desnudos ante el ojo del espectador, que no puede aguantarse el deseo de congelar ese único momento, y guardarlo por siempre. El Sena va fluyendo tranquilamente, mientras te sientas a sus orillas a prender un cigarillo, y nuevamente, sientes que todo esto es irreal. Las callecitas cubiertas de cafés atractivos y de tiendas con baratijas, las cuales son necesarias de comprar. Y pasas horas en ellas, como si todo lo que allí te ofrece fuera realmente valioso. Pero París guarda sus secretos, guarda sus lugares sagrados que te transportan hacía otro mundo, hacía un universo paralelo. Cruzando uno de los maravillosos puentes, nos dirigimos a Louvre, donde se esconden las obras más maravillosas de la historia. Y el sólo hecho de pasear eternamente, para tratar de asimilar un cuarto de la belleza que allí habita, es un acto extraordinario. Cada rincón, cada pasillo, cada sala; todos esos lugares cubiertos de hermosura, de historia. Y podría continuar hablando de Montmartre, con sus pintores aficionados creando maravillas, y ese ambiente tan bohemio que lo empapa. Allí el aire tiene otro olor, los cafés tienen otros sentidos, y las pequeñas librerias oscuras parecen el cielo. Estoy enamorada de París, no puedo mentirlo.

Absenta

Sería útil remontarse al París de fines del siglo XIX, a esos callejones oscuros del Barrio Latino; donde tipos como Sartre, Cortázar, Lautrec, Van Gogh han deambulado sin preocupción alguna. Pero no quiero hablar de todos estos genios entre intelectuales y artistas, al contrario, quiero hablar de algo externo a ellos, pero que a su vez, los mantenía unidos: la Abstenta.
Un trago verde y amargo; que se mezcla con agua y azúcar. Hoy, prohibido en muchos paises europeor. ¿Cúal es la particularidad de este trago? Primero que nada, contiene 80 grados de alcohol, y con un par de golpeados, comienzas a alucinar. Muchos dicen que suele ser desagradable, es como escuchar una canción que contiene unos minutos apestosos, en los que quieres morir; pero a veces, estás tan metido en ella, que es imposible salir. Esa es la Abstenta. Droga para muchos, fuente de inspiración para otros. Dícen que fue ella quien le dio el valor a Van Gogh para cortarse la oreja. No lo sé. Habrá que probarla

jueves, octubre 19, 2006

¿Te conté que no me atrevía?

¿Por qué vuelves a alzarte?

Entre penumbras del recuerdo

Vas citando tu aliento

Calido y febril,

A donde no puedo seguirte

Porque no hay espacio, no hay un lugar.


El perfume de tu rostro,

Se vuelve el olor del calvario,

Todo se trastorna en un paraje desolador

En donde me encuentro sola,

Esperando tú presencia.


Y no eres tú, pequeña,

No eres tú la que me tortura,

Clavándome en la misma herida,

Que aun no decide morir.

Es simplemente, la blanca espuma,

El mar tenebroso, y ese Sol menguante;

Los que van atando mi alma a un muelle olvidado.


¿Te conté que no me atrevía?


Veo como nos hundimos,

Siendo náufragos nuevamente

De mi propio error,

De aquel que magulló mi débil cuerpo,

Y lo abandono al borde del callejón sin regreso.

Trataste de encontrarme, pero no llegaste hasta nada más,

Que un pedazo de carne envuelto en espuma.


Sentía como te ibas colando por mis dedos,

Y como tu mirada fría y mentirosa,

Me iba recordando diariamente

Que las obsesiones son para los tontos,

Para aquellos que cometieron el pecado

De querer más de lo que se les pide.


Te dejé una rosa tendida en el velador,

Y me regresaste un puñado de cartas sin abrir,

Al igual que las miles de fotos

Que fueron inmoladas con el ardor de tu ira.

Y no te preocupaste de dejarme con vida.

Y no eres tú, pequeña


La que me devoró con sus fauces atronadoras,

Fue el tiempo,

Aquel asesino en serie,

Aquella sombra trémula

Que invade a cualquier apasionado.


Vi llorar al cielo,

Y vi una lágrima caer por tu mejilla;

Me preocupe de secártela con mi mano,

Y de sacarte una sonrisa tímida y silenciosa.


¿Te conté que no me atrevía?


Te recuerdo en la playa,

Esperando que las aves apresadas,

Y los cielos sin estrellas

Dejaran de hacerte llorar.

Envuelta en una manta color verde,

Acurrucada junto a una roca salada,

Derramando pensamientos

Que yo no logré coger.


Y no eres tú, pequeña.

La que borró la poesía de mi rostro,

Ni la que robó el ultimó te quiero.

No congelaste al desierto,

Ni curaste el ojo ciego.

Cierra los ojos nuevamente,

Y olvida.


Olvida que los cielos

Dejaron huellas en tus ojos,

Y que la arena tormentosa

Se coló por tu mirada.


Olvida, pequeña, olvida.