viernes, mayo 15, 2009

Infíma imagen de perfección

Me avergüenzo de los versos torpes
No puedo escribirte nada,
Sin sentirme miserable.

Estúpido Huidobro,
reniego tu palabrería
los poetas no podemos meter el mundo en verso-
Y yo, que sólo escribo patéticamente
no he conseguido meterte a tí dentro de uno

¿Qué versos podrán satisfacerme
Si es que no concibo belleza humana
que se compare con la vuestra?

Ay, mis palabras han perdido el sentido,
debieron ser quemadas antes de ser escritas
Esto es un pedazo de cosmología rídicula,
si yo sólo quería escribirte poesía.

Me olvidaré de esta bella arte,
me retiraré a los montes de la creación
bajaré de mi guarida el día
en que pueda meter al menos una pestaña tuya
en una grandiosa poesía.

No me esperes despierta,
perderás tu tiempo junto al reloj.
¡Esta vida es demasiado corta!

Por favor, querída mía,
conviertete en un gato para mí
y concédeme, en mi última petición desesperada;

siete vidas....

No te prometo nada, no vayas a confiar en mí
Espero alcanzar de alguna que otra forma,
a escribirte un grandioso poema

pero, por mi humanidad,

sólo relataré la belleza de tu pestaña.

4 boinas han plasmado su saliva:

Amelie Fatale dijo...

Tras tanta frustración por no obtener la belleza -¿y qué es exactamente eso que los románticos escribían con mayúscula, sí, esa Bellaza?-, opté, simplemente, por vaciar mi alma de los pesares de la realidad.

El segundo paso es tener paciencia. ¿No sale a la primera? Volverlo a intentar... Es una de las montañas más difíciles de subir y no se puede hacer con frustración.

Y, sobre todo, tú no eres Huidobro, ni Virginia Woolf, ni ninguna divinidad de esas que seguramente hoy existan aunque no las percibamos... Tú eres tu corazón y a nadie más hay que escuhar. Ésta es una senda oscura en la que no se ofrecen manos.

Siéntete, con paciencia, déjate fluir y lucha desde la calma.

Ya verás como todo sale bien... Y deja de reventarte esa bonita cabeza rubia; cierra esos ojitos, ahogados en el insomnio del intelectual.

Confío en ti, linda.

Amelie Fatale dijo...

Bonita boinita:

Claro que no te conozco -al menos no personalmente-, aunque sí diré que tu anterior blogg me impresionó muy favorablemente y sentí que había entre nosotras un entendimiento especial.

Parece -o quizás sea mi deseo el que así me lo hace ver- que el mundo entra en nosotras de parecidos modos, que sufrimos similares angustias y perseguimos metas vecinas.

Si puedo describirte físicamente, es gracias al twitter. (Por cierto: me alegré de ver por fin tu linda carita; tienes belleza espiritual, profundidad analítica. Se nota en la mirada).

Si algún día vienes a Europa, me encantaría aprender a olerte, a palparte, a oírte. Yo, el año que viene, estoy en París...

Un abrazo y sigue luchando... con calma.

anette dijo...

Bueno, sin embargo yo, pienso que ya es una grandiosa poesía, que Huidobro, Virginia Woolf, gozarian tambien.


saludos, que gusto volver

Gonzalo Del Rosario dijo...

qué final